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Volumen 17, número 2
Nov / Dic 2019 . vol. 17 / núm. 2

Las tecnologías facilitadoras favorecen a los API altamente potentes y poco solubles

Los excipientes y las nuevas técnicas de procesamiento pueden marcar una verdadera diferencia en el desarrollo de tratamientos altamente potentes.

Por Cynthia A. Challener, PhD

ASÍNTESIS Y MANUFACTURA DE APIS



Cynthia A. Challener

Los excipientes y las nuevas técnicas de procesamiento pueden marcar una verdadera diferencia en el desarrollo de tratamientos altamente potentes.

A medida que las compañías farmacéuticas y biotecnológicas buscan mejorar las opciones de tratamiento oncológico y de otras áreas de enfermedades crónicas y raras, la potencia de las nuevas entidades moleculares ha seguido aumentando durante la última década. Aproximadamente 70–80% de los fármacos en la cartera farmacéutica de desarrollo, exhiben baja solubilidad y entran en la Clase II o IV del Sistema de Clasificación de Productos Biofarmacéuticos (BCS, por sus siglas en inglés), según un Estudio de Mercado de 2015 de Kline & Co., siendo la mayoría de estos compuestos Clase II (baja solubilidad, alta permeabilidad) (1). Lonza Pharma Biotech & Nutrition reportó a Pharmaceutical Technology que 20% de la cartera actual de desarrollo de fármacos es muy potente y/o requiere un manejo especial y también tiene desafíos de solubilidad o permeabilidad.

Si bien los desafíos de solubilidad y biodisponibilidad no son exclusivos de APIs altamente potentes (HPAPIs, por sus siglas en inglés) y en el mundo de las moléculas pequeñas, dependen en gran medida de sus residuos y morfologías particulares, los HPAPI poco solubles pueden plantear desafíos adicionales con respecto al desarrollo y la fabricación de la formulación. Varias tecnologías facilitadoras están ayudando a los fabricantes de medicamentos y sus socios subcontratados a superar estos obstáculos.

 Múltiples desafíos
Cualquier manejo de HPAPIs requiere cuidado, equipo apropiado y buenas prácticas para garantizar que el operador se mantenga seguro en todo momento, según Alyn McNaughton, directora técnica en Lonza Pharma Biotech & Nutrition. “Las compañías y los fabricantes de la industria biofarmacéutica deben dedicarse a garantizar que los operadores puedan hacer su trabajo de manera segura y sin preocuparse por una contaminación. Junto con los desafíos técnicos de incrementar la biodisponibilidad, se puede requerir tiempo adicional y áreas experimentales exclusivas, lo cual puede dificultar el cumplimiento con los plazos de desarrollo,” observa.

Como un ejemplo, las moléculas complejas diseñadas para proporcionar actividad dirigida, mientras minimizan los efectos secundarios, comúnmente tienen también una permeabilidad que es limitada debido a su gran tamaño, según McNaughton. Como consecuencia, la variabilidad de la dosis absorbida puede ser grande si el producto no está formulado de manera robusta.

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