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Volumen 8, número 3
Jul / Ago 2010 . vol. 8 / núm. 3

Esquemas flexibles para adaptarse a la variabilidad de los excipientes

La iniciativa de Buenas Prácticas de Manufactura para el Siglo XXI de la Administración de Alimentos y Fármacos de EUA y la guía Q8(R2) de la Conferencia Internacional de Armonización demandan mayor comprensión de la funcionalidad de los excipientes. Los autores revisan las nuevas expectativas regulatorias para adaptarse la variabilidad de los excipientes.

Por
FUNCIONALIDAD

Brian Carlin y R. Christian Moreton

La iniciativa  de Buenas Prácticas de Manufactura para el Siglo XXI de la Administración de Alimentos y Fármacos de EUA y la guía Q8(R2) de la Conferencia Internacional de Armonización demandan mayor comprensión de la funcionalidad de los excipientes. Los autores revisan las nuevas expectativas regulatorias para adaptarse la variabilidad de los excipientes.

Las formulaciones farmacéuticas generalmente comprenden el ingrediente activo farmacéutico (API) y los excipientes, los cuales se combinan posteriormente utilizando un proceso específico. La calidad por diseño (QbD) requiere el conocimiento de las variabilidades de la materia prima y sus efectos sobre la calidad del producto terminado. Tradicionalmente, ha estado limitado el involucramiento del proveedor del excipiente en el proceso del desarrollo de la formulación, con el proveedor frecuentemente ignorante de la aplicación o la funcionalidad, y el usuario ignorante de las capacidades de proceso del proveedor. Esta carencia de mutuo entendimiento debe cambiar con el fin de que tenga éxito la QbD.
Los excipientes son una fuente potencial de variabilidad del producto y generalmente están menos bien caracterizados que los APIs. La QbD, por lo tanto, ha puesto énfasis en el papel de los excipientes (una vez que son referidos como ingredientes “inertes”) y son ahora apropiadamente reconocidos como facilitadores de que el API sea convertido a un producto medicinal que puede ser administrado con seguridad y eficacia al paciente. Los excipientes están ahora también sujetos a un escrutinio cada vez mayor por parte de los usuarios, los reguladores, las farmacopeas y otros entornos estándar e instituciones de educación tales como el Consejo Internacional de Excipientes Farmacéuticos (IPEC), la Sociedad Internacional de Ingeniería Farmacéutica (ISPE), la Sociedad Americana para Pruebas y Materiales (ASTM), y el Instituto Nacional para la Tecnología y Educación Farmacéutica (NIPTE).
Este artículo discutirá diversos tópicos relacionados con los excipientes en un contexto de la QbD (1, 2), incluyendo: funcionalidad de los excipientes; esquemas para la variabilidad de la materia prima; manufactura de excipientes y control de calidad; funcionalidad contra composición; y la construcción de la flexibilidad dentro del proceso de desarrollo (2).

Funcionalidad de los excipientes
Tradicionalmente, las farmacopeas han destacado la seguridad y pureza de las materias primas y se han concentrado en la composición química. Las monografías de excipientes no abordan la eficacia o funcionalidad, y típicamente incluyen pruebas de identificación, posiblemente ensayos, pruebas relacionadas con los componentes menores, y ocasionalmente, una serie limitada de pruebas físicas destinadas a caracterizar más el material. La especificación de los excipientes farmacéuticos ha, por lo tanto, enfatizado generalmente la consistencia de la composición más que la consistencia de la funcionalidad. Aunque dichas pruebas químicas y físicas pueden ser insuficientes para garantizar la funcionalidad, son útiles para el grado de especificación. Esta diferencia puede deberse en parte al hecho de que el uso y desempeño de un excipiente en un proceso y formulación dados pueden no ser una propiedad de la materia prima completamente intrínseca.

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